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Retos de la financiación de la biodiversidad en Colombia

En la COP16, Colombia presentó el Plan de Acción 2030 con 6 metas nacionales para apoyar las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad.

Mateo Mendoza, socio de Mendoza, una firma de abogados conocida por su especialidad en deuda, deuda soberana y green finance, explica los retos para financiar el Plan de Acción 2030 e instrumentos disponibles para superar dichos retos.

¿Qué es el Plan de Acción 2030?

El Plan de Acción de Biodiversidad de Colombia al 2030 es un compromiso adquirido por Colombia y cada uno de los 195 países que participaron en la COP15, en Montreal, en el 2022, de presentar un plan de acción nacional de biodiversidad.

Este plan establece 6 metas nacionales y 191 acciones estratégicas que incluyen programas desde cooperación con Brasil y Perú para la conservación de la Amazonía hasta el aumento del 68% del caudal con tratamiento de aguas residuales.

¿Cuáles son las necesidades de financiación del Plan de Acción 2030?

Es de 76,5 billones de pesos, contados desde el año 2023 hasta el 2030, que implica una ejecución anual de 10,9 billones de pesos. Se estima que alrededor del 65% se cubra con recursos públicos. El reto es enorme.

Cuéntenos, por favor, de dónde saldrán los recursos.

El Plan de Acción identifica diversas fuentes para su financiación, incluyendo el uso de bancos de hábitat financiados con recursos de compensación ambiental y aportes voluntarios privados, gasto con cargo al presupuesto público, líneas de crédito verde y fondos comunitarios.

Entonces, en su opinión, ¿esos instrumentos son insuficientes?

Los bancos de hábitat son poderosos para la recuperación y conservación de ecosistemas. Pero su fondeo sigue siendo bajo y hay otras acciones que escapan de la órbita de dichos bancos de hábitat. Es necesario vincular el capital privado para apoyar todo el Plan de Acción, particularmente ante la actual coyuntura que presiona una disminución considerable del gasto público al tiempo que la regla fiscal limita al gobierno su acceso a deuda.

Explíquenos qué instrumentos hay para vincular al sector privado.

Hay tantos instrumentos como la creatividad lo permita. Durante la COP16, Davivienda, BBVA y el IFC anunciaron la emisión y colocación de bonos de biodiversidad cuyos recursos serán destinados a la financiación de programas de conservación, restauración y recuperación de biodiversidad. Pero se necesita mucho más. Es necesario alinear la biodiversidad que es insignia del Gobierno con estímulos al sector privado.

¿Incentivos tributarios?

No solo tributarios. Creo que se deben flexibilizar las reglas de fondeo de bancos y otros establecimientos de crédito para fondearse en el mercado de capitales – que por cierto necesita de otro estímulo – con títulos alineados con las metas de biodiversidad, y que ese tipo de fondeo sea considerado estable si sus recursos se destinan a originar cartera asociada a dicha biodiversidad, reduciendo así la problemática de fondeo de esas instituciones. También se puede discutir una ponderación especial de cartera de biodiversidad para reducir el costo de capital de esas instituciones. Este no es un tema del gobierno actual. La biodiversidad y, en general, los principios ESG, han ido permeando toda la regulación. Por eso estoy convencido que alineando la regulación bancaria a la biodiversidad se puede vincular mucho capital privado.

¿Qué pasa en materia internacional?

Algunos países ya han adoptado incentivos en su regulación bancaria. También se han planteado maneras de “monetizar” los ecosistemas. En una propuesta del Finance for Development Lab¸en la que participó Joseph E. Stiglitz, se propone aumentar el plazo de amortización de la deuda soberana de ciertos países a cambio de tomar acciones concretas en materia de cambio climático. La propuesta de ampliación es de hasta 5 años para reducir el costo anual de la deuda y así liberar recursos en cada ejercicio fiscal que se destinen a dichas acciones climáticas.

Pero, ¿sí hay experiencias en ese sentido?

La propuesta del Finance for Development Lab es muy reciente, de julio de 2024. Pero hay otras experiencias que fueron, en mi opinión, más difíciles de lograr. En países del Commonwealth han existido incluso canjes de deuda por acción climática (debt for climate swaps). Seychelles, Barbados y Belice lograron reducciones parciales de su deuda a cambio de acciones para la protección marina y el cambio climático. Belice, por ejemplo, tomó un “préstamo azul” para readquirir US$553 millones de su deuda a un descuento del 45%, es decir con un ahorro de US$189 millones. El “préstamo azul” requiere que dichos ahorros sean invertidos, en un periodo de 20 años, en conservación marina. Hay mucho por hacer y proponer en materia de deuda soberana.

¿Y Mendoza cómo interviene?

Nos encantaría apoyar al Gobierno en soluciones creativas para el manejo de la deuda soberana que permita reducir su costo anual y destinar recursos al cumplimiento de las metas propuestas en el Plan de Acción. No está de más proponer algunos cambios regulatorios; también apoyamos al sector privado en la vinculación de su capital. El trabajo es enorme, pero estamos listos. Queremos proteger la biodiversidad, es parte de nosotros, pero sabemos que se necesitan soluciones justas con todos los actores para que sean eficientes y oportunas.

Link: https://www.portafolio.co/contenido-patrocinado/retos-de-la-financiacion-de-la-biodiversidad-en-colombia-617822

Facilidad del Crédito por COP500.000 millones a RappiPay

Facilidad del Crédito por COP500.000 millones a RappiPay

Abogados: Mateo Mendoza  Christina Burn  Rodrigo Domínguez  Daniel Vargas

El pasado 26 de septiembre de 2022, Holding RappiPay, una compañía fintech de Banco Davivienda y Rappi, la primera compañía unicornio colombiana, logró el primer desembolso bajo un crédito rotativo sindicado otorgado por Bancolombia, Banco de Bogotá, Itaú Corpbanca y Davivienda, cuatro de los bancos más importantes de la banca local colombiana por COP$500.000.000.000, el cual será destinado por Holding RappiPay para originar créditos de consumo a través su producto más reciente, la tarjeta de crédito digital RappiCard.

La estructuración financiera de la operación estuvo a cargo de Corredores Davivienda, mientras que la estructura legal fue realizada por Mendoza, una de las firmas de abogados más especializadas en la estructuración legal de operaciones financieras complejas que con solo cuatro años en el mercado legal colombiano, se ha convertido en un referente para este tipo de operaciones. Mendoza se ha caracterizado por sus enfoque moderno y pensamiento out-of-the-box hacia los nuevos retos en el mercado colombiano e internacional, al igual que por su enfoque en transacciones altamente sofisticadas con estructuras complejas, como lo fue esta operación.

El crecimiento exponencial de Holding RappiPay en los últimos tiempos ha permitido que miles de colombianos puedan acceder a su primera tarjeta de crédito fomentando así la inclusión financiera en el mercado colombiano. La operación representa un gran logro para Holding RappiPay, pues le permitirá seguir prestando sus servicios a un mayor número de personas y así seguir creciendo como compañía.

Sin lugar a dudas esta operación representó grandes retos a nivel comercial, legal y financiero, no solo por la importancia de la compañía y sus accionistas, sino por la complejidad de la estructura y la magnitud del monto del crédito otorgado. Teniendo en cuenta las necesidades de Holding Rappipay quien recientemente obtuvo la autorización de la Superintendencia Financiera de Colombia para convertirse en una compañía de financiamiento, la estructura garantizó la flexibilidad suficiente a Holding Rappipay para hacer una cesión de toda la operación a la compañía de financiamiento, lo cual implicó importantes retos en materia de regulación financiera como por ejemplo la posibilidad que los bancos prestamistas puedan otorgar la financiación a una compañía de financiamiento. Adicionalmente, en la estructura de esta transacción se utilizó un patrimonio autónomo matriz, el cual sirve como canalizador del recaudo de toda la cartera de Holding Rappipay, que es posteriormente segregado para atender el servicio de la deuda de las diferentes operaciones de fondeo que realice Holding Rappipay evitando de esta manera una subordinación estructural entre los distintos acreedores de Holding Rappipay y, por lo tanto brindando una mayor facilidad de negociación en futuras financiaciones de una compañía que sin duda seguirá creciendo.

Esta operación marca un hito en un mercado en coyuntura, sujeto a la incertidumbre internacional originada por la guerra en Ucrania, los aumentos en la inflación y tasas de interés y el cambio de gobierno nacional, lo cual significó un desafío más en la negociación de la financiación y demuestra que el trabajo en equipo, y sobre todo pensar en todas las partes involucradas, es muy importante para lograr acuerdos que mejoran la posición de todos.